1. Ubícate. Haz una lista de cinco empresas en las que te interesaría entrar y averigua todo lo posible de ellas en Internet y entre tus conocidos.
2. Se paciente. Actualmente las compañías toman más tiempo para cubrir sus vacantes, así que aunque te llamen a una entrevista eso no garantiza que la apertura de la vacante es inmediata. En la revisión de candidatos se pueden llevar, al menos, uno o dos meses. ¡No desesperes!
3. Haz un traje a la medida. ¡De cada organización! No puedes presentar un currículum vítae general; una vez que cuentas con información del grupo actualiza ese documento, puedes incluir algunas de las mismas palabras o frases claves que la compañía valora. Lo importante es que tu curriculum sobresalga de los demás.
4. Prepara tu entrevista. La próxima vez que te reúnas con un reclutador tu actuación debe ser cálida pero muy directa, nada de lucir desesperado.
Plantea este encuentro bajo un nuevo entendido, el del intercambio, es decir: "tú organización me interesas por tales motivos y a cambio tú, empleador, me contratas porque voy a satisfacer una de tus necesidades y soy el mejor para hacerlo". De esa forma ambas partes tienen poder y no sólo la empresa, explicó la entrevistada del Tec de Monterrey.
Es importante que ensayes tus argumentos para transmitir esa idea sin sonar brusco o arrogante.
El que se generen algunas ofertas laborales no significa (siendo realistas) que habrá opciones para todos, eso depende de diversos factores.
Por ello - en opinión de las entrevistadas- es valioso que consideres ampliar tu campo laboral. Si sabes hacer algo diferente es momento de explorarlo, quizá con la apertura de un negocio.
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