¿Es cierto eso de que como te ven te tratan? ¿Qué tan importante es la vestimenta para conseguir un empleo o un ascenso? La respuesta es simple: mucho.
La directora de Australian Fashion Partners, Serena Beirne, habló sobre el tema con la agencia de noticias Reuters, e insistió que “cuando estás en el entorno laboral, el producto que estás vendiendo eres tú mismo. El envase, exhibición y comercialización de ese producto es enormemente importante”.
En tiempos de crisis económica y de recortes, lo más importante es conservar el empleo y, si hay la posibilidad, lograr un ascenso; después de todo “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
De acuerdo con la especialista en imagen, los empleados deberían considerarse a sí mismos como “un producto” que se puede “envolver” para verse mejor y venderse a un costo más alto. Los jefes, como todo el mundo, escogerán un “producto” que resulte más atractivo frente al resto.
Dicen los que saben que “antes de ser, hay que aparentar ser”. Al respecto, Serena Beirne puntualizó que “en algunos entornos laborales hay oportunidades de asociación con marcas, así que si tienes el bolso adecuado o llevas los mismos zapatos que el presidente ejecutivo, la gente reconocerá que hay una persona activa”.
Si bien es complicado tener acceso a los mismos productos que los directivos, dado que en muchas ocasiones es ropa y accesorios de diseñador que son muy caros, con creatividad y buen gusto se puede lograr una buena imagen. La sugerencia es acudir a los llamados “outlets” y comprar prendas básicas y de colores atemporales como negro, azul marino y gris.
Y para los llamados “viernes casuales”, la sugerencia es evitar caer en fachas propias de fines de semana. La especialista afirmó sobre este punto que “vestirse cómodo nunca es apropiado para el trabajo. No se trata de que estés cómodo; hay formas de hacer eso en el lugar de trabajo, pero no a través de un vestuario relajado”.
Para las mujeres, la regla de oro es “menos es más”, por lo cual hay que evitar: el uso de demasiados accesorios, máximo 3 a la vez; vestir prendas de talla equivocada, o sea muy pegadas u holgadas; abusar del maquillaje, o no hacerlo; mezclar ropa fina con barata; vestirse demasiado moderna o conservadora y sobre todo usar minifalda o escotes muy pronunciados.
En el caso de los hombres un detalle fundamental es no mezclar las prendas entre trajes, traer bien boleados los zapatos, cuidar que los colores de la corbata sean armónicos al traje y la camisa, y también cuidar el corte de cabello y la barba, en caso de tenerla.
Para concluir, recordando una película reciente: ¿realmente el diablo viste a la moda?, y la respuesta es no, el diablo viste como lo debe hacer para triunfar sobre su rival, y si en el mundo laboral la batalla es igual de encarnizada, hay que estar al nivel del mejor oponente.
La directora de Australian Fashion Partners, Serena Beirne, habló sobre el tema con la agencia de noticias Reuters, e insistió que “cuando estás en el entorno laboral, el producto que estás vendiendo eres tú mismo. El envase, exhibición y comercialización de ese producto es enormemente importante”.
En tiempos de crisis económica y de recortes, lo más importante es conservar el empleo y, si hay la posibilidad, lograr un ascenso; después de todo “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
De acuerdo con la especialista en imagen, los empleados deberían considerarse a sí mismos como “un producto” que se puede “envolver” para verse mejor y venderse a un costo más alto. Los jefes, como todo el mundo, escogerán un “producto” que resulte más atractivo frente al resto.
Dicen los que saben que “antes de ser, hay que aparentar ser”. Al respecto, Serena Beirne puntualizó que “en algunos entornos laborales hay oportunidades de asociación con marcas, así que si tienes el bolso adecuado o llevas los mismos zapatos que el presidente ejecutivo, la gente reconocerá que hay una persona activa”.
Si bien es complicado tener acceso a los mismos productos que los directivos, dado que en muchas ocasiones es ropa y accesorios de diseñador que son muy caros, con creatividad y buen gusto se puede lograr una buena imagen. La sugerencia es acudir a los llamados “outlets” y comprar prendas básicas y de colores atemporales como negro, azul marino y gris.
Y para los llamados “viernes casuales”, la sugerencia es evitar caer en fachas propias de fines de semana. La especialista afirmó sobre este punto que “vestirse cómodo nunca es apropiado para el trabajo. No se trata de que estés cómodo; hay formas de hacer eso en el lugar de trabajo, pero no a través de un vestuario relajado”.
Para las mujeres, la regla de oro es “menos es más”, por lo cual hay que evitar: el uso de demasiados accesorios, máximo 3 a la vez; vestir prendas de talla equivocada, o sea muy pegadas u holgadas; abusar del maquillaje, o no hacerlo; mezclar ropa fina con barata; vestirse demasiado moderna o conservadora y sobre todo usar minifalda o escotes muy pronunciados.
En el caso de los hombres un detalle fundamental es no mezclar las prendas entre trajes, traer bien boleados los zapatos, cuidar que los colores de la corbata sean armónicos al traje y la camisa, y también cuidar el corte de cabello y la barba, en caso de tenerla.
Para concluir, recordando una película reciente: ¿realmente el diablo viste a la moda?, y la respuesta es no, el diablo viste como lo debe hacer para triunfar sobre su rival, y si en el mundo laboral la batalla es igual de encarnizada, hay que estar al nivel del mejor oponente.
Fuente: Universia
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