Nora Torres/El Universal
Lo más importante es terminar la relación laboral de la mejor manera, nunca se sabe cuando será necesario recurrir a esos contactos.
Cualquier cambio provoca incertidumbre, y más si se trata de la vida laboral. Sin embargo, nada es para siempre y tarde o temprano debemos decir adiós a nuestro actual trabajo.
De acuerdo con información proporcionada por especialistas en Recursos Humanos, la manera en que sales de una compañía habla, en gran medida, de tu personalidad y nivel de compromiso laboral. “La reputación de alguien puede verse fuertemente afectada si bota el trabajo de la noche a la mañana”, coinciden.
El primer paso para cambiar de empleo es contar con una nueva propuesta que satisfaga tus necesidades en todos sentidos; asegúrate de que es una oferta real y confiable (Oferta por escrito o contrato firmado). Esto porque es preferible aceptar un nuevo puesto mientras aún se conserva el actual “siempre existen obligaciones que cumplir y deudas que saldar”, explican.
Para salir por “la puerta grande” a continuación te presentamos algunas recomendaciones que te ayudarán a dejar una buena impresión y ampliar tu red de contactos:
1. Habla con tus jefes. Dependiendo de las características de la empresa donde laboras, comunica tu decisión a los superiores con tiempo suficiente para comenzar a buscar un reemplazo y evitar bajas en la productividad del área.
Lo ideal es hablar directamente con ellos porque si comentas la situación en los pasillos puede malinterpretarse y causarte conflictos; después, podrás contarlo a tus compañeros.
Por otra parte, Christian Méndez, uno de los expertos consultados, agrega: “también el departamento de personal debe ser informado. Hazlo con una o dos semanas de anticipación para que éste prepare la documentación que te será entregada y que establece las condiciones de la separación laboral”.
Cuando el salario es la razón principal para dejar un trabajo, es aconsejable hablar con la empresa y negociar un aumento porque existe la posibilidad de que acepte y te haga una contraoferta.
2. Ayuda a buscar a tu reemplazo. Facilita tu salida para el resto de los empleados contribuyendo en la búsqueda de un buen prospecto para suplirte. Puedes recomendar a personas que conoces y sabes que son capaces para cubrir la vacante o promover a algún empleado bajo tu cargo que haya dado buenos resultados en el pasado.
3. No dejes cabos sueltos. En este punto es necesario considerar varios aspectos:
Resuelve las tareas que no puedas asignar a otro colega o a quien se quedará en tu lugar.
Si estás a la cabeza de un área y tienes personal a tu cargo, reúnete con éste para planear la transición y evitar futuros contratiempos.
Comenta con los clientes y proveedores importantes sobre tu cambio.
Entrega en buen estado cualquier objeto que pertenezca a la empresa. Si existen las condiciones, trata de adquirirlo de forma definitiva.
Ordena tanto los archivos físicos como los digitales. Sepáralos por categorías como fecha, importancia, etcétera.
Elimina correos electrónicos innecesarios y aparta tus contactos personales de los laborales.
Respalda los datos empresariales.
4. Evalúa tu desempeño. Si es posible, solicita comentarios sobre tu trabajo a jefes, compañeros y subordinados. Incluso puedes pedirlos a algunos clientes.
5. Muestra tu agradecimiento. Ya sea directamente o a través de cartas, agradece a todas las personas su colaboración y compañerismo. Deja abierta la posibilidad para seguir en contacto.
6. Finaliza adecuadamente con los trámites. Revisa a detalle cada documento que firmes, asegúrate que incluya las cláusulas previamente establecidas y comprueba tu compensación final.
Una vez que hayas realizado los pasos anteriores es importante que dediques un poco de tiempo para ti y tu familia; utilízalo para despejar tu mente. Haz algo que recargue tus baterías y redefina tus perfectivas porque durante las semanas siguientes estarás entregado por completo al nuevo empleo.
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